Un milagro de posibilidades
Ver crecer una planta de manera espontánea sobre el concreto, es una casualidad que llamamos milagro, por ser un evento anormal casi imposible de que ocurra. La vida se balancea entre lo posible y lo imposible, causalidad o casualidad, lo que está en mis manos para lograr y lo que conseguimos por coincidencia sin que dependa directamente de nosotros. Al tener un sueño definido con claridad y coherencia, ya conocemos la esencia de la semilla que deseamos sembrar, cultivar y obtener sus frutos. Nuestros pensamientos se transforman en una idea precisa, conozco el principio y el final, el sueño idealizado y el resultado anhelado, pero lograr crear unificar la identidad de lo que quiero y lo que obtengo, requiere necesariamente de un proceso. La semilla que siembro para dar sus frutos debe ser cultivada, sino trabajo mi terreno pierdo más que la semilla, gastaré mi tiempo y autoconfianza. El proceso para cultivar mis sueños se organiza en metas, con la claridad oportuna de lo que deseo semb...