Un milagro de posibilidades

Ver crecer una planta de manera espontánea sobre el concreto, es una casualidad que llamamos milagro, por ser un evento anormal casi imposible de que ocurra.

La vida se balancea entre lo posible y lo imposible, causalidad o casualidad, lo que está en mis manos para lograr y lo que conseguimos por coincidencia sin que dependa directamente de nosotros.

Al tener un sueño definido con claridad y coherencia, ya conocemos la esencia de la semilla que deseamos sembrar, cultivar y obtener sus frutos. Nuestros pensamientos se transforman en una idea precisa, conozco el principio y el final, el sueño idealizado y el resultado anhelado, pero lograr crear unificar la identidad de lo que quiero y lo que obtengo, requiere necesariamente de un proceso.

La semilla que siembro para dar sus frutos debe ser cultivada, sino trabajo mi terreno pierdo más que la semilla, gastaré mi tiempo y autoconfianza.

El proceso para cultivar mis sueños se organiza en metas, con la claridad oportuna de lo que deseo sembrar y la claridad oportuna de donde deseo hacerlo, debemos tener conocimiento absoluto del terreno a donde llevaremos nuestras ideas.

No basta con tener una semilla propia y lograr un terreno propio para cultivar, debemos conocer las cualidades del terreno, ser conscientes de las oportunidades y desafíos que por naturaleza del terreno acompañaran las metas del proceso, para lograr transformar una semilla en frutos.

Las cualidades del terreno son las posibilidades de oportunidad y desafío que debo manejar de cerca, a primera instancia para saber si mi idea es viable.

Todos los terrenos dan fruto, pero no para todas las semillas.

Conocer el campo donde nos esforzamos nos traerá frutos y en abundancia, aprovechando nuestro tiempo y recursos.

Todos queremos que lo que hacemos nos salga bien, incluso lo malo. Sino conozco el campo donde cultivo hasta un veneno para una planta puede resultarle en abono.

Hágase experto conociendo sus posibilidades, lo que depende de sus actuaciones, aquello que desencadena la causalidad, el efecto de sus actos sobre otros.

Elabore con lujo de detalles sus sueños, conozca sus habilidades en los distintos campos que desea cultivar, evalúe sus debilidades y fortalezas.

Construya una identidad entre sus anhelos y sus resultados, inicie su cadena de eventos para lograr sus sueños.

Toda semilla dará su fruto a su tiempo...

-Sandino Velázquez