EL MISMO DIA QUE SIEMBRAS NO ES EL MISMO DIA QUE COSECHAS
La paciencia es una virtud de la cual no todos gozamos, no es imposible de obtener, pero si difícil de cultivar, más aún cuando nos encontramos desorientados en la búsqueda de nuestras metas.
Nuestra naturaleza finita en el tiempo nos conduce a la desesperación por desear abrazar resultados en la inmediatez.
Dejamos nuestro destino a la suerte, la lotería y hasta en la opinión de los demás o simplemente nuestros pensamientos quedan flotando a la deriva sin un rumbo cierto.
Cuan peligroso es dejar escapar la voluntad de decisión en nuestro ser, sucumbiendo al diarismo y crear monotonía a nuestras vidas, que por esencia vibra en distintos tonos, formas, colores, sonidos y texturas.
La paciencia es un don que forja a fuego lento el carácter y nos abona el terreno para seguir paso a paso el plan de futuro que diseñamos.
Cuando deseamos resultados instantáneos es porque diseñamos pequeños planes para diminutos sueños.
Quien desea pescar un pez grande debe llevar un buen anzuelo, adentrarse al mar profundo y estar dispuesto al menos a mojarse.
La magnitud de nuestros sueños debe ir acompañada de la dosis de paciencia adecuada, pequeñas metas pequeñas dosis de paciencia y a grandes metas grandes dosis de paciencia.
En el diseño de nuestro plan de futuro converge la inmensidad de sueños que tenemos, pequeños medianos y grandes, que iremos estructurando para dar forma a metas a corto, mediano y largo plazo. Solo debemos cuidar que en el terreno que elijamos, creemos un orden estratégico de las metas que hemos diseñado y vamos abonando.
Nuestras metas deben ir en un mismo destino, sin solaparse una meta con otra por contrariedad.
Si dentro de mis deseos esta ser un atleta de alto rendimiento, debo plantearme una meta de mediano a largo plazo para materializarlo, pero no puedo fijar dentro de mis metas a corto plazo disfrutar a menudo de comida chatarra y preferir el descanso al entrenamiento.
Cada paso que doy día a día suma en mi carrera para llegar a mis metas.
Somos seres mortales que nos limita el tiempo sin comunicarnos exactitud de nuestra existencia, pero nunca es buena idea derrochar el tiempo.
Al vivir nuestro diseño de plan de vida en el presente, dosificando la paciencia a nuestras metas durante el desarrollo del proceso, obtenemos una percepción de satisfacción que deviene en Felicidad.
Los seres humanos somos una creación perfecta, compleja y única que nos deben mover grandes sueños y anhelos, que no pueden resumirse a la simplicidad de la existencia y supervivencia.
Diseñe su Felicidad y prepárese para trabajar por ella, mientras tanto disfrute en paz de lo que va cosechando.
Sandino Velázquez

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