CULTIVOS MIXTOS - El milagro de la simbiosis

La mano del hombre decide dónde sembrar su semilla con la esperanza de cosechar un buen fruto, seleccionando la mejor época para invertir sus recursos y aprovechar los dones de la naturaleza, pero enfocado en una meta única: obtener el fruto ideal.

Esa visión tiende a olvidar que no estamos solos en nuestro medio ambiente y que otros cultivos subyacen en el mismo terreno con vocación a florecer y fructificar.

Crecer juntos no es una utopía, es una herramienta necesaria si deseo realizar un cultivo duradero con crecimiento sostenido y con una producción estable.

En un mismo terreno podemos cultivar varios frutos, que sean compatibles y no se agoten el recurso el uno del otro, sino que cada cual aproveche el recurso del otro y aboné con su ser el crecimiento de los otros con quien convive.

Las habilidades, capacidades y dones del árbol vecino deben reconocerse y valorarse para que aporte sombra, cobijo y raíz a mi cultivo, siendo mi aporte recíproco para que los frutos vecinos crezcan mutuamente.

El ego del sembrador que desea aprovechar solo el recurso ajeno expone sus raíces y termina agotando el cultivo ajeno como el sueño del cultivo propio.

Si mis sueños de obtener frutos secan los sueños de los demás, estaré cosechando pesadillas.

Un terreno sembrado no es un cajero automático donde inserto semillas y dispensa monedas, es un cúmulo de esfuerzos diarios para cosechar un buen fruto.

Cuando la simbiosis esta presente todos los frutos crecen en mejores condiciones, en la forma más fácil y en justa medida.

Las semillas deben crecer armónicamente, en la diversidad, juntas pero no revueltas, cada una dando el fruto deseado a su tiempo.

Siga sembrando sus sueños, pero cultive de forma inteligente, no siembre su próxima semilla pisando los brotes que nacen en su mismo terreno, valore los recursos innatos y coseche el fruto ideal.

-Sandino Velázquez 

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