¿PREPARADOS PARA LA LLUVIA? / ¿LA LLEGADA DE LA ABUNDANCIA TE EDIFICA O TE DERRUMBA?

La lluvia es grata y bienvenida cuando el terreno que la recibe está preparado para ser bendecido, cuando carece de propósito y preparación hasta unas gotas pueden dar recibimiento al caos.

No hay que cuestionarse si hay lluvia buena o lluvia mala, hay que identificar si es lluvia Oportuna para nuestro terreno.

Quizás podemos pronosticar la llegada de la lluvia y hasta artificialmente intentar incentivar su descenso, pero carecemos de la posibilidad de crear la caída de la lluvia, lo que si debemos es organizar el terreno propio para que esta nos sea favorable.

Hablamos y escuchamos que no hay como la lluvia para hacer que los frutos crezcan y mejoren su calidad, pero el crecimiento y la mejora no es un acto fortuito aislado, requiere de una siembra.

Solo podemos cultivar día a día lo que un día sembramos. 

Cultivar es un proceso, actos integrados que en cadena generan un fruto desde una semilla.

El simple deseo endulzado con Fé puede ocultar una fuerte convicción de apatía e incredulidad. Debe existir un propósito y debe existir un caminar en ese propósito, las manos deben estar a la obra, no en descanso eterno con los brazos cruzados.

La semilla del deseo no se siembra sola y se seca por dentro con el "vamos a ver si algún día se puede". Planificación y acción es terreno arado y sembrado, listo para ser bendecido con la lluvia.

Los sueños, las metas y las acciones deben ordenarse para que la bendición las alcance, no para que los destruya.

Quien construye una casa en la orilla del rio tiene la bendición del agua a la puerta, nunca se esforzará para alcanzarla, pero cuando la bendición crezca no existirá una casa que lo proteja.

Una cosecha abundante no siempre es favorable cuando no tenemos a dónde destinar nuestros frutos, el exceso en nuestro cultivo puede agotar nuestro terreno, debilitar nuestros árboles y pudrir nuestras raíces.

El sembrador invidente de su propósito, siembra a ciegas sin preveer los riesgos de la lluvia abundante para su cultivo, no sabiendo drenar el volúmen de las bendiciones correrá el riesgo de ahogar sus sueños.

La lluvia vendrá... solo el cielo sabe el momento. Hay certeza de su existencia mas no del tiempo de su arribo y de la cantidad de gotas que la acompañarán.

Preparemos nuestro Ser para la grandeza, soñemos en grande, creando metas y accionando nuestros planes. 

Los sueños se harán realidad, pero si todos tus sueños se hicieran hoy realidad, ¿estaría preparado en tu Ser para soportar el peso de la grandeza?

Sandino Velázquez 

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