ARENAS MOVEDIZAS/ Pasado, Presente y Futuro

El tiempo no se detiene a nuestra voluntad, lo creas o no hay algo superior que sincroniza el ritmo de las agujas de nuestro transcurrir. La línea de la temporalidad es clara, ordenada y consecutiva, para que edifiquemos vivencias en la misma medida que consumimos tiempo y producimos recuerdos. No podemos alterar el tiempo, pero sí la forma en la que de él hacemos uso, haciéndolo de forma consciente, el tiempo nos traerá una base sólida, si no generará una arena movediza en los cimientos que construimos en nuestro Ser.

El momento vivido es un Pasado construido, solo es un recuerdo que fortalece la memoria, si siembras buenos momentos obtendrás gratas remembranzas y si siembras malos momentos obtendrás remordimiento. El presente es fugaz, pero es la plenitud de la consciencia y la decisión en vivo es la que instruye la cosecha futura esa que fue abonada por mí en el pasado. El futuro es un porvenir, incierto si desconocemos inconscientemente lo que sembramos, por el contrario, es una esperanzadora cosecha si tomamos decisiones de buena voluntad y un mal karma seguro si nuestra siembra se está haciendo con semillas lejanas a la bondad.

Los procesos corren sobre los rieles del tiempo, solo basta saber en qué dirección deseamos empujar nuestras vivencias. Deseando vivir en el pasado para alimentarnos de la nostalgia, deseando vivir solo en el presente para gozar de la inconsciencia del pasado y no asumir responsabilidad del futuro o deseando vivir en el futuro desechando las decisiones presentes frustrando la vida misma.

Desear alterar el orden del tiempo es abrir la puerta al caos de la inconsciencia. Un fruto tuvo que ser semilla sembrada para crecer con el tiempo, para ser abonada en su momento y obtuvo su madurez cuando el proceso la transformó para poder ser cultivada.

El sembrador deja caer su semilla con Fe sobre la buena tierra, abona su terreno con buenos momentos y de la mano de la esperanza y buena obra cosechará sus buenos frutos. Todo lo que siembres has de cosechar, el tiempo jamás se detendrá y traerá la cosecha.

Las edificaciones con bases sólidas pueden soportar las cargas sin contratiempo, sobre bases débiles cualquier construcción se derribará, no será culpable el tiempo, sólo será testigo fidedigno y perito de cotejo de la realidad que se ha vivido y se vivirá. Hay quienes edifican sus sueños con fragilidad como castillos de arena cerca del mar, esperanzados de que se hagan realidad, por más grandes que sean las olas vendrán y no dudarán en derrumbarlos.

La vida presente puede ser de color rosa si usted atinó los colores correctos en el pasado, de lo contrario la cosa pintara más oscura y quizás pueda tornarse color hormiga, aun así, siempre habrá tiempo para colorear de nuevo sus decisiones, esperar mejores tiempos y hacer uso de toda la gama de colores, allí sus recuerdos quizás se luzcan hermosos colores.

Negarse a ser conscientes de la realidad presente es desconocer la voluntad para mirar hacia el futuro y disolver la memoria por miedo a recordar lo amargo del fruto que se usó de semilla.

El tiempo todo lo muestra, como las olas del mar siempre arrojan los desechos a la orilla y los golpean contra la arena para dejar en evidencia lo que le es ajeno y minúsculo exponiendo su ser frente a la inmensidad del mar. 

No debes preocuparte por el tiempo que este no se preocupa por ti, ocúpate de tus actos y responsabilízate de tus decisiones, de allí dependerá el sabor de los frutos de tu cosecha. Si has sido Sembrador inconsciente, en tu presente seguirás tomando decisiones malas y en tú futuro cosecharás más adversidades que las que hoy son tu realidad, prueba fiel de que nada aprendiste en el pasado. 

El Sembrador visionario no siempre lo fue, un día decidió levantar la mirada a un nuevo terreno más allá de las cercas de su día a día y creyó que un día no muy lejano sus frutos serían mejores y en grandes cantidades, miró hacia atrás para saber cómo y dónde había sembrado y miró hacia adelante convencido de sembrar mucho más allá del presente, entonces decidió esperanzado que su nueva siembra iniciaría en el hoy, en el presente.

Si has decidido cosechar a plenitud, trabajaba arduamente tu terreno para hacerlo resistente a las plagas, abona a diario para que cumpla su propósito y observa detenidamente las semillas que has de colocar en tu mano para sembrar, allí podrás leer tu futuro.

Sembrador no pierdas el tiempo evadiendo tu realidad, tú conoces las semillas que dan abundancia de flores y que adornan tu terreno, es necesario iniciar una nueva siembra que te dé mejores tiempos con buenos frutos.

Anímate a empezar de cero, solo necesitas un poco de voluntad que con un poco de Fe será suficiente para rebozar tu granero.

El tiempo traerá cosechas de oro o de plástico, decide cuál será tu siembra.

-Sandino Velázquez 

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